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sábado, 9 de diciembre de 2006

Flatline





-¡Preparen la sala de emergencias, tenemos un código azul!
-Le ha dado un ataque.
-Sufre paro cardíaco. ¡Preparen desfibrilador! ¡Despejen!
-300. ¡Atrás!
-No hay respuesta.
-¡Otra vez! ¡Apártense!
-Sin respuesta aún.
-Subiendo a 360. ¡Apártense!
-¡Nada! No oigo nada.
-Prepara una intracardíaca...
-...no hay latidos, lo perdemos...




-Sé que es difícil comprender esto -dijo Carl, mientras hacía una pausa para encender un cigarrillo-, pues estamos habituados a despertar e inmediatamente sentir los síntomas de lo que conocemos como "vida".
Incluso en nuestros sueños arrastramos fragmentos de nuestro supuesto mundo consciente.
Pero, por un instante imaginemos que somos capaces de sumirnos en un sueño eterno. ¿Podríamos decir: que hemos muerto por carecer de la estructura de nuestro mundo tangible?


- ¿Adonde quieres llegar? -Dijo Lether.

Carl, volteó la cabeza hacia ella y preguntó.

-¿Acaso nunca te preguntaste si existe realmente la vida fuera del estado de conciencia al que conocemos como vigilia?

-Creo que ya has bebido demasiado.
-Sentenció, Lether.

-Y, ¿qué me dices de nuestra capacidad auto destructiva? -continuó Carl mientras miraba el cigarrillo- Aunque resulte contradictorio, todo indica que la vida no encaja en nuestra existencia.

-Nunca escuché tantas estupideces juntas.
-Interrumpió Lether- ¿Estás diciendo que el hombre está condenado a vivir una mentira finita, mientras esté despierto? ¿Que lo que conocemos como “vida”, es sólo una farsa onírica, producto de un caprichoso experimento cósmico?
Claro, me vas a decir que existe un gran complot universal para usarnos como conejillos de la India. ¿Con qué fin? ¿Por quien? Estoy de acuerdo en que existen quienes adoptan modelos existenciales preconcebidos, limitando así su concepción del mundo a sus subjetividades, la mayoría quizás, y esto puede llevarnos a pensar que responden a pautas prefijadas; pero ¿que hay de aquellos que alcanzan la conciencia objetiva?

-No. Estoy diciendo que, lo que conocemos como “vida”, quizás no sea más que interferencia de onda en el espectro existencial; como ruido blanco en una señal de radio... -quedó un instante en silencio y continuó- ... quizás no sea aleatorio, tal vez sea una señal inyectada que cumple con un patrón definido. -Volvió a mirar a Lether y dijo- Por otro lado, mientras el ser humano se encuentre enfrascado en su percepción de la realidad, como tú dices: “preconcebida”, y los límites que la materia le impone, es imposible que alcance el estado de conciencia del que hablas; nómbrame uno que lo haya hecho. -Aspiró profundamente su cigarrillo y prosiguió- ¿Nunca te preguntaste: a que se debe esa eterna disconformidad humana, la gran búsqueda del sueño americano?

-En otras palabras -dijo Lether sonriendo-, estamos aquí por el mero capricho de un creador que nos utiliza como sus juguetes. Somos simples consciencias incorpóreas que vivimos una ilusión temporal inducida, a la que llamamos vida, que respeta un modelo y que nos permite experimentar en un supuesto plano físico de la conciencia. ¡Tonterías!

-¿Quien habló de Dios? -dijo Carl-. Si quieres verlo así, está bien. Es darle un sentido místico al asunto.


Él no acababa el cigarrillo, cuando Lether se despidió con un beso en la frente y se retiró a la habitación. A su espalda, Carl continuó exponiendo las bases de su teoría:

-Piensa. El ser humano durante toda su vida persigue un objetivo y al alcanzarlo, se siente vacío, insatisfecho, con la necesidad de ir tras de otro. Clara demostración de que la vida no le satisface...


-No te acuestes tarde. -Le dijo Lether, mientras entornaba la puerta de la habitación.


-...la vida no encaja en nuestra existencia. -concluyó Carl, para sí.


Deslizó su espalda contra el ventanal del living y se dejó caer suavemente al suelo hasta quedar sentado.
La siguiente media hora, Carl, se sumió en sus pensamientos. Repetía una y otra vez la teoría en su mente.
La idea de una existencia en el escenario de lo físico le resultaba absurda:

"¿Qué sentido tiene un mundo con límites perfectamente prefijados, incluso la “vida”? ¿Y si Lether no estaba equivocada y todo formaba parte de un plan? ¿Pero quién podría estar detrás de ello?"

El segundero del reloj de la sala fraccionaba el silencio de la noche. Carl, comenzó a acompañar cada golpe de la delgada aguja, abriendo y cerrando la tapa del encendedor.
Le calmaba hacerlo. Le ayudaba el pensar que había algo que podía controlar: el sonido del segundero, representando una realidad inalterable, exacta, continua y monótona y él, como un observador ajeno a aquel entorno; que podía interactuar a su voluntad, acompañando a su antojo cada golpe.
Consciente de que podía quebrantar aquella armonía rítmica en cualquier momento; o interrumpirla si así lo deseaba.

Se incorporó y caminó hacia la habitación. La puerta estaba entreabierta; ella la había dejado así, respetando el ritual de cada noche. Se recostó sobre el marco de la misma y quedó observándola unos minutos.
Lether; mi “pequeña Leth”. -Pensó. Así le gustaba llamarle. Disfrutaba mirarla dormir, cada noche desde su sillón, mientras trabajaba; pues ella era lo único real en su mundo.
Acostumbraba a bromear, diciéndole:

-Eres el mejor de mis hábitos; que por cierto, no son pocos. -A lo que ella contestaba:
-Y el más sano de todos, aunque insistas en negarlo.

Ingresó a la habitación y se acercó a la cama; se sentó un instante a su lado; acarició con el torso de la mano suavemente su frente; se inclinó sobre ella y le murmuró al oído:

-Ahora comprendo todo. La respuesta está del otro lado de la linea.

Salió de la habitación y cerró la puerta, procurando no hacer ruido para no despertarla. Se dirigió hacia el baño. Tomó el vaso del estante, mientras que con su otra mano abría el grifo del agua del lavabo. Llenó el vaso; extrajo del bolsillo izquierdo de su pantalón 3 píldoras que había comprado camino del trabajo a su casa.
En ese momento volvió a su mente la breve charla con aquel sujeto. Un dealer ruso de 31 años apodado “el farmacéutico”, con quien había concertado, esa mañana desde su oficina, una cita telefónica, en la que acordaron verse a las 21:30 hs. Aún tenía su número, puesto que ese individuo representaba su primer caso como fiscal y su primer derrota. Pero de aquel hecho, ya habían transcurrido 10 años.


-Oiga amigo, ¿lo conozco? -preguntó el vendedor a Carl, con sarcasmo- Con solo mirarlo, uno puede darse cuenta que no pertenece a este mundo. Tenga cuidado con éstas o cruzara la línea.
-Quizás eso intente mas tarde.
-Contesto Carl, mientras caminaba hacia su auto.
-¿De que habla amigo? ¡Hey, se lo advertí!. ¡Oiga imbécil malnacido, no quiero problemas!

Pero Carl ya había obtenido lo que quería de ese sujeto y no tenia en mente entablar una conversación, por lo que puso en marcha el vehículo y se marchó.





...extrajo del bolsillo izquierdo de su pantalón 3 píldoras...
colocó las tres en su boca y bebió de un trago el vaso con agua. Se miro al espejo; relajó su cuello en un movimiento circular de su cabeza; y volvió a mirarse fingiendo una sonrisa.

-La respuesta esta del otro lado de la linea. -Dijo a su imagen en el espejo mientras dibujaba con el dedo índice de la mano derecha una línea longitudinal sobre el vidrio. Y continuó diciendo:

- No me mires con esa cara, tu no eres mas real que yo.


Continuará...



5 Comentarios:

Anónimo dijo...

GABY!!!!
Es muy, muy grato encontrarme con esta sorpresa.
Te lo vengo diciendo desde que nos conocimos, sos mi escritor personal de cabecera.
Y hoy, al encontrarme con esta novedad, fue uno de mis mejores regalos de fin de año.
Gracias!
Y lo mejor: este cuento es como si me hubieses regalado una caja de bombones: para ir degustando uno a uno, quedándome con las ganas de probar el que le sigue.
Cariños, Lobo. Gracias por sus regalos.


PD: Lether, lether.... me suena... es aquel personaje del que hablamos hace ya mas de un año? El caído?

steppenwolf dijo...

Andy!!!
Que lindo tenerte por aquí. Ya me estaba sintiendo un lobo más estepario que nunca. :-)
Si bien es un placer el que así lo sientas, ¿no será demasiado lo de: escritor personal de cabecera?
Así es, hace aproximadamente un año, te había mostrado parte del diálogo entre los protagonistas. En cuanto a lo de "el caído", no lo recuerdo. Especifique niña, vamos que me he quedado con la intriga.
Te envío un beso enorme y te deseo lo mejor para vos y los tuyos, para este '07. Por cierto, me refiero al año, ¿o pensabas que era, Bond... James Bond?

Anónimo dijo...

[ Que lindo tenerte por aquí. Ya me estaba sintiendo un lobo más estepario que nunca. :-) ]
Usted sabe que cuenta con mi compañía. :P

Si quiere, a lo de escritor personal de cabecera, le agregamos un término así como: cabotaje.
Pero no. No se olvide que se me está haciendo famoso, hombre.

Caído:
Si mal no recuerdo, (alguno de los dos está algo desmemoriado) cuando me hablaste de Lether, ¿no se trataba acaso del relato que querías elaborar acerca de cómo se ve el mundo desde el punto de vista del caído? (HUMMMMMMM vamos... recuerde... yo le hablé de la creación y los términos en arameo... y más adelante, del fragmento de Abaddon, de Sábato...)

¿¿No era Bond??
Deeeeeele... usted es Pierce Brosnan y yo Halle Berry... aunque, pensándolo mejor, damos más el target Sean Connery y Judi Dench XD

Cariños y Besos.

steppenwolf dijo...

Me hiciste reir con lo de Sean Connery y Halle Berry.
Y dale con el caído :-) No es que te esté fallando la memoria, las dos cosas son ciertas. Por un lado: Lether, es el personaje del fragmento del cuento que te mostré hace aproximadamente un año. Y la idea que mencionás, acerca de escribir, podríamos decir "la otra cara de la historia del caído", también la charlamos por aquel entonces.

Un beso enorme nena

Anónimo dijo...

Oh!! Estabas aquí y no me habías dicho nada???? Se me enfrió el café de tanto esperarte...Me pasaré más para leer todos tus cuentos. Un beso y feliz navidad